La ciencia apoya el canto
Con las neurociencias generando data en muchas actividades humanas, cada vez se sabe más sobre el bienestar que genera la música en nuestra vida. Y las investigaciones más reciente sugieren que lo más estimulante y transformador es el canto grupal. Las sensaciones placenteras que se despliegan cuando cantamos con otros, es como una recompensa evolutiva por juntarnos de forma cooperativa. Los investigadores creen que crear música en grupo evolucionó como una herramienta de la vida social: comunidades y tribus cantan y bailan juntas para crear lazos solidarios, transmitir información vital y alejar a los enemigos.
🤓 📊 DATA: “Las investigaciones de neurociencia demuestran que cuando cantamos, los neurotransmisores se conectan de formas nuevas y diferentes. Esto enciende el lóbulo temporal derecho, liberando endorfinas que producen mayores niveles de claridad mental, salud, bienestar y creatividad. Cuando cantamos con otras personas estos efectos se amplifican enormemente.”
Cantar te hace más feliz
Por décadas la ciencia ha tratado de explicar por qué cantar tiene un efecto calmante y energizante al mismo tiempo. Numerosos estudios demostraron que cantar libera endorfinas y oxytocina, que alivan la ansiedad y el estrés, y están vinculadas también a sensaciones de confianza y disfrute de los vínculos con otros. Cantar ayuda a las personas con depresión y reduce la sensación de soledad, haciendo que la gente se relaje, esté más feliz y conectada. Y lo más beneficioso es que la práctica regular hace que estas sensaciones sean acumulativas: los que cantan demuestran una reducción permanente del cortisol, que indica menores niveles de estrés.
Sophia Efthimiou, cantante y directora de coros británica, describe que cantar es un proceso en el que concientemente controlamos la respiracion y la laringe para crear y sostener ciertos tonos, y mezclandolo con ritmo y poesía que crean las canciones. En un ensamble grupal, cada miembro siente las vibraciones musicales moviendose a través de su cuerpo de forma simultánea. Hasta recientemente no se sabía que el canto grupal desencadena una liberación en masa de serotonina y oxytocina, la hormona del bienestar, y hasta sincroniza el ritmo cardíaco de todos los participantes. Sophia explica: “literalmente unificamos nuestros corazones”. También incentiva el sentido de comunidad sobre el de la individualidad. Aquellos que cantan juntos quedan fuertemente vinculados y tienen mayor capacidad de supervivencia.
Cantar es como una infusión del perfecto calmante: alivia los nervios y eleva el espíritu
Del libro “Armonía Imperfecta: encontrar la felicidad en cantar con otros” de Stacy Horn
Cantar estimula la creatividad.
Tania de Jong, cantante y fundadora de Creativity Australia, supo cómo usar el canto grupal para animar a cada miembro explorar su voz. En el proyecto propone ensamblar una diversidad de voces para cantar regularmente, y en cada encuentro se genera tal entusiasmo que permite que surja la creatividad naturalmente en cada persona, generando nuevos niveles de contención comunitaria, y oportunidades de conexión. Tania cuenta: “Algo increíble que facilita el canto es la activación del lado derecho del cerebro, responsable de la intuición, la imaginación y todas las funciones creativas: te conecta con un mundo de posibilidades. En la vida moderna estamos constantemente bombardeados con tanta información para procesar y analizar que tendemos a quedar trabados en el lado izquierdo del cerebro. Por lo tanto es fundamental equilibrar los hemiferios, y nutrir los atributos humanos que nos diferencian de las máquinas. La forma más fácil de hacerlo es cantando.”
Todos pueden cantar
Lo maravilloso de cantar es que se recibe todos los beneficios sin necesidad de ser virtuoso en el arte. Hay estudios demuestra que “el canto grupal produce sensaciones terapéuticas y satisfactorias aunque el sonido producido por el instrumento vocal no sea de la mejor calidad”
Estos beneficios son gratuitos y accesibles a todos. Todos tenemos voz y podemos cantar aunque pensemos que no podamos. Hubo un tiempo en el que cantabamos más: en la iglesia, alrededor del fogón de un campamento, en la escuela… Mientras que el canto grupal está experimentando un resurgimiento, muchos de nosotros todavía no cantamos. Una historia común de las personas es que en algún momento de su vida alguien juzgó su voz como imperfecta y las llamó a silenciarse. Sophia Efthimiou afirma que como cantar es algo muy íntimo, es una expresión del sonido que viene desde adentro, puede ser dificil dejar de tomar esta crítica de forma muy personal e identificarnos con ella. Sophia clarifica: “Cuando la voz emite un tono erróneo nos da verguenza, por que sentimos que es un reflejo de nuestra valía. Pero si podés hablar, podés cantar.”
A las personas que creen que no pueden cantar por no saber afinar, lo que les pasa es que no están familiarizadas con su voz cantante. “No tener oído” o la falta del sentido de la afinación es realmente escasa, y se demuestra en la incapacidad de reconocer una canción. Si podés reconocer una canción, podés afinar: lo que te falta es práctica.
Eleva tu voz
Katie Kat, una cantante de ópera americana, trabaja para entusiasmar a todos a cantar más seguido, más allá de lo que piensan sobre su habilidad. “Cantar aumenta nuestra capacidad de atención, autoestima, y nuestra habilidad para comunicarnos con otros. Disminuye el estrés, nos contiene emocionalmente, ayuda a forjar nuestra identidad e influenciar en nuestro mundo.”
Cuando se canta, las vibraciones musicales se mueven a través del cuerpo, modificando los estados físicos y emocionales. El canto es tan antiguo como el ser humano. Es innato, ancestral y está dentro nuestro. Realmente es una de las mejores actividades terapuéuticas que podemos hacer. Katie continúa contando: “Nuestra sociedad no valora del todo el canto, con el tiempo se volvió una actividad reservada para una elite talentosa, estrellas superproducidas, dejandonos al resto de las personas con una crítica destructiva de nuestras voces.” Katie afirma que cantar es instintivo y necesario para nuestra existencia. No necesitamos ser cantantes profesionales para beneficiarnos de la música.
Si en tu infancia participaste de reuniones familiares o comunitarias en los que se cantara, seguro que tenes hermosos recuerdos y todavía podes tararear esas canciones. Son actividades que necesitamos recuperar y sostenerlas en el tiempo, por nuestro bien y por el de nuestra comunidad. Animate a formar ensambles vocales en tu barrio, escuela, grupos sociales, o unirte a alguno que resuene con tus intereses. Si sos practicante de Yoga y querés experimentar la rama musical de la tradición yogica, vení a nuestros encuentros de Canto grupal de Kirtans y Mantras. Más información aquí.
Fuente: Cassandra Sheppard para upliftconnect.com