1.La búsqueda
Hoy generalmente llegamos a la clase de yoga buscando liberar tensión física, reducir el estrés, ganar fuerza y flexibilidad. Y una práctica regular nos brinda todos esos beneficios en poco tiempo.
2.El cultivo
Más allá del ejercicio físico, lo que estamos cultivando de forma subyacente en cada postura es estabilidad, comodidad y atención plena hacia el registro de la naturaleza de nuestra mente y el estado de nuestro corazón.
3.La cosecha
Con el tiempo a través del cuerpo nos estamos conectando con nuestro interior, y los resultados más trascendentes que obtenemos son calmar la mente, regular las emociones y despertar a nuestra naturaleza esencial.
Yoga es presencia.
Entonces más que ejercicio físico, con el tiempo descubrimos que yoga es estar presente en todo lo que está sucediendo con el con el cuerpo, la respiración, la mente, el espacio en donde estoy y las personas que me rodean. Yoga es presencia.
Estar presentes se puede definir como un estado dinámico de armonía integrada. No es un estado pasivo, sino dinámico. Y podemos sumar que es estar con lo que existe tal y como es, estar con uno mismo tal y como somos en este momento. Por eso yoga no es sólo la postura física, sino sobre todo el estado de atención que tenemos en lo que estamos haciendo.
Un gran profe de yoga, Rubén Vásquez, define al yoga muy creativamente con este acrónimo.
El «yo» hace referencia a el individuo que práctica, y a que nadie te puede hacer entrar en estos estado. Es el trabajo con amoroso esfuerzo al que el yogui se entrega hacia la meditación.
«Orgánicamente» porque es un proceso gradual, natural.
Y «ganando atención» por que es lo que cultivamos en cualquier tipo de yoga, para crecer en conciencia.
El yoga es una enseñanza y práctica sistematizada y completa que nos entrena para estar presentes en nuestra vida todos los días y en todo momento. Hacia allí vamos.