Este año estuve cantando un montón. Recuerdo que hace unos años atrás había puesto la intención de volver a llenar mi vida de música, y este último tiempo me dí cuenta que hace tiempo ya se está manifestando.
La Formación de meditación y mantras me impulsó a repasar mucho material musical que tenía guardado, y a dedicarme todos los días un rato a re-crear lo que había aprendido.
Santi está estudiando piano, así que también jugamos juntos en el teclado, son momentos en los que se me ocurren un montón de ideas para mis clases de mantras con armonio.
También este año me sumé a un ensamble de Tango con el clarinete, aprendiendo sobre la música ciudadana argentina y explorando este estilo musical, que era más cosa de mi papá que mia! En cualquier momento empiezo a cantar tango!
Hacer y compartir música meditativa y ciudadana despierta mis sentidos y llena de entusiasmo y dulzura mi vida, nutriendo mente y corazón con belleza en diferentes formas, con alegría y creatividad.
La belleza es el antídoto contra el estrés.
La belleza es sanadora.
La belleza es un rastro de la verdad.
La belleza endulza la vida.
Para indicar a la belleza en sanscrito, hay ¡97 palabras! A mí la que más me gusta es «sundara«. Me encanta su sonoridad.
El gran gñana yogi, Shankaracharya, la usa en su gran poema «Saundarya Lahari» (Olas de belleza) como metáfora del Ser: el poder de la conciencia es como una bella mujer cuyo deseo es la causa fundamental de la creación del cosmos. El cosmos emana de ella, como la belleza, espontáneamente y con gran alegría.
Que todos podamos encontrar y crear espacios de belleza en nuestras vidas. Que tu práctica sea una ofrenda de luz.