¿Qué es el chamanismo?

El chamanismo es el camino espiritual más antiguo del mundo. Es anterior a todas las religiones, pero en sí mismo no es una religión. No hay un libro sagrado, ningún líder o profeta que te diga cómo vivir tu vida. Simplemente es un conjunto de creencias y prácticas espirituales que varían según las diferentes culturas.

El interés por estas antiguas tradiciones espirituales y métodos de sanación ancestrales resurgieron hace más de 1 siglo atrás desde el estudio antropológico de las comunidades que todavía existen en todos los continentes. Más allá de la función de la persona designada como chamán o chamana en las comunidades, hay prácticas muy accesibles para experimentar desde la meditación, y que no están tan alejadas de la enseñanza espiritual del yoga, que busca aquietar los movimientos de la mente, liberarnos de sufrimiento y experimentar un estado de conciencia expandido.

Las formas de entrar en un “estado de conciencia chamánico” son variadas: las plantas medicinales alucinógenas son un método común, al igual que una forma sonora y rítmica con instrumentos de percusión, conocido como «conducción sónica». Es a través de este método particular de tocar el tambor que aprendí a viajar y conectarme de otra manera con mi mundo interior.

Y fue sorprendentemente fácil.

¿Cualquiera puede hacer un viaje chamánico sonoro?

Un viaje chamánico implica viajar con la imaginación liberada a diferentes mundos interiores, en busca de sabiduría y sanación.

Creo que todos tenemos la capacidad para hacer esto. A todos nos fascina lo inexplicable, la magia, la fantasía. Pero, lo que imaginamos durante el viaje, ¿es real?

Confiamos mucho en los cinco sentidos más tangibles: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Pero no tenemos la misma confianza con el sexto sentido: la intuición. Estas prácticas contemplativas trabajan muchísimo con el desarrollo de nuestras capacidades intuitivas y creativas.

Lo que facilita este tipo de experiencia, es lo que en principio más nos cuesta: el desapego. La habilidad de soltar es muy importante para la vida cotidiana y para la meditación es imprescindible: al dejar ir preocupaciones, miedos y prejuicios; empezamos a confiar más en lo invisible, y permitir que la intuición guíe, entonces la experiencia contemplativa empieza a suceder.

Durante mi período de formación, al principio cuestionaba y dudaba de lo que “veía” en mis viajes. Con el tiempo me dejó de importar si era real o fantasía, y fue así que las experiencias empezaron a ser más profundas.

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