Habita los espacios entre respiraciones.

Inhala y lleva tu atención al movimiento que realiza el aire en tu cuerpo
Sin cambiar el ritmo respiratorio, observa cómo ingresa el aire
Justo antes de empezar a exhalar, observa ese pequeño espacio vacío entre respiraciones
Luego observa cómo el aire se va
Justo antes de empezar a inhalar, hay otro pequeño espacio vacío entre respiraciones
Lleva toda tu atención a estos espacios

Mantente presente en estos espacios, y presencia estos espacios

De esta manera, descubrirás la naturaleza real del silencio
Conocerás el infinito
Te convertirás en la fuente de la vida

Este misterio fue mencionado por primera vez en el Vijnana Bhairava Tantra, un antiguo texto de la India, en el cual Shiva le revela a Parvati los 112 Portales hacia lo Infinito. Este es el primer portal que le enseña.

Nuestra vida empieza con la primer respiración, y retornamos a lo infinito con la última. Entre estos dos encarnamos como seres sintientes. Durante nuestra vida la respiración en promedio entra y sale mil millones de veces. La respiración es un movimiento de energía, es nuestra relación con el entorno. La inhalación es nutricia, tomamos, absorbemos, carga nuestro cuerpo. Recibimos y renacemos. En ese recibir, estamos en relación con el mundo exterior de modo dual: el yo y el no-yo.

En la exhalación hay expulsión, expresión. La palabra siempre sucede en la exhalación. Otra vez, estamos en relación con lo que está fuera nuestro, pero ahora nos estamos dando al mundo, estamos dejando ir. Con cada exhalación hay una pequeña muerte. Otra vez, en esa relación hay una separación, lo que soy y lo que no soy.

Recibimos y damos, absorbemos y despedimos, y en cada uno de estos movimientos nos re-creamos. En el diminuto espacio entre estos dos, se sitúa el portal hacia una dimensión misteriosa donde no existimos como una entidad estable. No hay un dar ni un recibir, no hay relación, no hay afuera ni adentro, no hay un yo y tampoco un no-yo. Accedemos a la experiencia de la Unidad.

Prueba esta práctica todos los días por unos minutos, en cualquier momento y lugar. Es la clave para la meditación profunda.

Fuente: Leap before you look, por Arjuna Ardagh

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