Hoy la meditación es una actividad recomendada por médicos, terapeutas, amigos… hasta los jefes sugieren a sus colaboradores practicar! Es una de esas cosas que esta bueno que tenga publicidad de alcance masivo, por que meditar hace bien, es una actividad que nuestro sistema psicofísico necesita. Y si tenemos la apertura mental suficiente, puede iniciar una búsqueda en nosotros y cambiar la visión que tenemos sobre el mundo. Y por lo tanto nos transforma… desde adentro.
Este tipo de actividad interior fue siempre parte de la vida del ser humano, por eso en todos los tiempos y lugares de nuestro planeta se manifestó de diferentes formas: tradiciones espirituales, escuelas de misterio, religiones institucionales, grupos esotéricos, iniciaciones con un guru, etc. Todas difieren en su ritualidad, idioma, vestimentas… pero apuntan a propósitos similares y a que se produzca una experiencia espiritual. Sus técnicas tienen diferentes nombres pero básicamente apuntan a un cuerpo sano, una mente ordenada y un corazón despierto dirigidos a ese propósito.
La meditación que practicamos y compartimos está orientada por la Escuela de Yoga, una de las grandes difusoras de la Sabiduría de la India. Patanjali, sabio hindú del siglo II AC, fue uno de los maestros de la Escuela de Yoga que trascendió su tiempo. En su escrito más conocido, los Yogasutras, propone una forma de vida que se puede practicar en 8 pasos: un comportamiento ético, armonía personal, cuerpo sano, energía equilibrada, observación interior, concentración, meditación y experiencia espiritual. Nuestra práctica de meditación está inspirada en estas enseñanzas.
Generalmente cuando alguien quiere meditar, se sienta, cierra los ojos y «empieza a meditar». Lo que generalmente pasa es que la mente sigue ruidosa y el cuerpo inquieto. Algunas veces cuando se practica en grupo, seguro que unos minutos después de empezar la práctica abris un ojo para ver que está haciendo el resto. Parecería que todos los demás están meditando en quietud, menos vos! Esto te puede con un poco de frustración, y segur te preguntas: «¿qué pasa conmigo que no puedo quedarme quieto? todo el resto meditando y yo con el cuerpo dolorido y pensando en cualquier cosa…» O si estás meditando solo, seguro que miras a cada rato el reloj, esperando que hayan pasado los 10 minutos para por fin terminar.
Lo que nos muestra estas experiencias es que en ese momento no estamos listos para meditar. Si vamos directamente al silencio, generalmente no funciona. En la ciencia del Yoga el proceso del despertar se describe en 8 pasos, y el paso de la meditación es el numero 7. El hecho que no sintamos el estado de meditación es por que no estamos preparados para meditar. Esta preparación es el proceso metódico del Yoga. Los pasos previos están relacionados con mantener relaciones saludables con otras personas, conocernos al nivel de la personalidad, trabajar con nuestro cuerpo, la respiración y la mente. Cada uno de estos apsectos de nuestro ser deben ser vividos y practicados independientemente, cada una como una actividad importante.
Hay varios métodos para trabajar con cada nivel, pero la importancia del proceso metódico, es hacer la práctica en secuencia, en orden, que progresivamente te deja más dentro tuyo. Al dar estos pasos hacia adentro, como si fuera una escalera, el estado de meditación es mucho más fácil de experimentar.
Durante el Curso de Iniciación a la Meditación, recomendado para principiantes y para quienes quieran conocer los fundamentos teóricos de la práctica, nos introducimos a esta Ciencia Milenaria del Autoconocimiento, paso por paso, y dando respuestas a las inquietudes que tengan.
- Empezamos con el primer requisito para meditar y para realizar cualquier actividad en nuestra vida: la Relajación. Aprendemos diferentes formas de relajarnos, probamos algunas posturas para encontrar la más cómoda para meditar, y nos valemos de las Asanas que enseña el Hatha Yoga para profundizar en el conocimiento de nuestro cuerpo.
- Luego aprendemos a equilibrar nuestra energía a través de ejercicios de Respiración: técnicas simples y accesibles para energizarnos cuando estamos cansados o dispersos, y para calmarnos cuando estamos turbados o ansiosos.
- Redescubrimos las habilidades de Atención y Concentración: dos poderes de nuestra mente que ordenan los pensamientos y emociones, potencian nuestra capacidad de conocer y comprender, nos permiten estar más presentes, y son los pasos previos a la Meditación.
- Luego sigue el silencio, la quietud, soltar el esfuerzo, estar disponibles y recibir la experiencia que deviene de la práctica. Hacer contacto con lo más profundo en nosotros, llegar al centro… Diferentes formas de expresar el estado de Meditación.
Luego de esta introducción, te invitamos a participar de los grupos de práctica nivel 1 y 2, para ejercitarnos junto a otros practicantes y potenciar la meditación personal. Te esperamos!