Llega diciembre, y una de las formas en las que inicio el balance de mi año, es primero reconociendo todo lo bueno y bello que sucedió y agradecerlo de corazón.

Algunas veces no siento gratitud enseguida… y más tarde tampoco. Y para no engañarme y fingir agradecimiento, tomo una postura cómoda y erguida, cierro los ojos y hago ejercicios de meditación para cultivar la gratitud.

Todos tenemos cualidades innatas que son benéficas para una buena vida. Pero no por que sean innatas significa que sea fácil manifestarlas. Para mi el espacio de meditación es el momento de nutrir cualidades que no se están mostrando en mi comportamiento. Y cómo todo proceso yóguico necesita ser desde adentro hacia afuera.

Te invito a participar de estas prácticas meditativas para cultivar la gratitud. Cuando el agradecimiento es sincero y está lleno de fuerza vital, tiene el poder de tocar y despertar ese centro íntimo que radica en el vientre y que los japoneses denominan el «hara».

La verdadera fuerza proviene del profundo agradecimiento que toca el centro del ser uniendo cielo y tierra.

El sincero agradecimiento abre la percepción de la belleza, de la sabiduría, de la grandeza y del amor.

Los Martes de Diciembre a las 19:45 hs. por Zoom, seguimos en práctica de meditación focalizando en el Cultivo de la Gratitud.

Si te queres sumar al círculo de práctica, contactame. Te espero!

Que tu práctica sea una ofrenda de luz para todos, Ceci 🪔