Durante el aislamiento preventivo del 2.020 🦠🤛🏻 todos tuvimos que volcarnos al trabajo online: la práctica y enseñanza del yoga no quedó afuera. De repente miles de profes en todo el mundo se volcaron a trabajar de forma virtual. Como todos, dicté clases online, y también me regalé una Certificación internacional en Meditación y Yoga.
Repasé desde otra perspectiva la filosofía, tomé 2 clases de yoga y de meditación por día, 🤓 estudié mucho de tantra, ayurveda, anatomía, fisiología, vedanta, pedagogía, amé todo el contenido. Entregué trabajos prácticos, di clases a mis compañeros de curso, tuve riquísimo feedback de mis profes. Hasta pude organizarme para hacer un 😌 retiro de silencio por 3 días! Solté mucho, lloré, limpié, me nutrí de la sangha. 🤲🏻😇
Luego de semanas 🔥 intensas de mucho auto-descubrimiento y disfrute, queda la dulzura de la 🙏🏻 gratitud:
• A mi familia, que sostuvo el funcionamiento de la casa, mientras yo me recluía para estudiar.
• A mis hijos, que tuvieron mucha paciencia mientras «mamá om»🕉️ estaba en yoga.
• Al equipo de Samyama Mindfulness Meditation Center, por la riqueza de todo lo que recibí, la claridad de la transmisión, y la generosidad en todo su compartir.
• A mis alumnos, que me impulsan a seguir profundizando, a no quedarme dormida en lo que ya sé, y a seguir soltando los velos que ocultan lo más auténtico que hay en cada uno.
El yoga es un camino que al profundizarlo se abre cada vez más, que nos permite enraizar en los objetivos más altos de la vida: ser más libres, más concientes y amar cada vez mejor.
Y sólo hay que mantenerse en práctica y cerca de las enseñanzas. Esto lo aprendí hace 20 años en mi primer escuela de yoga, y es lo que cada día me mantiene en mi centro, trabajando por mi felicidad y la de los seres que me rodean. Que tengamos un año de sanación, sueños encaminados y de mucho compartir. Que tu práctica sea una ofrenda de luz para todos. Ceci 🪔